domingo, 18 de mayo de 2014

Práctica diaria.

Estar libre de uno mismo, es la iluminación.

La forma humana es un microcosmos del universo. Todo cuanto supuestamente existe fuera de nosotros existe, en realidad, en nosotros. El mundo está en ti y tu eres el mundo. Entones, ¿qué es este tú?
Como seres humanos relacionados con todo, debemos estar primero relacionados con nosotros mismos. No podemos entender, amar y recibir a los demás sin, en primer lugar, conocernos y amarnos a nosotros mismos. Generalmente, sin embargo, pasamos nuestras vidas enteras dedicados a lo que evidentemente está fuera de nosotros sin mirar jamás a lo que está más cercano. No dedicamos tiempo alguno a la lectura cuidadosa de nuestro propio libro, de nuestras reacciones, resistencias, tensiones, estados emocionales, tensiones físicas y todo lo demás. Esta lectura no requiere sistema alguno ni tiempo especialmente asignado a la escucha. Implica solamente escucharse a sí mismo durante el día sin la habitual identificación con un centro de referencia individual, una imagen de yo, una personalidad, unos programas.
Nos escuchamos a nosotros mismos al aceptar los hechos como son sin acuerdo, desacuerdo o conclusión. No se trata de una aceptación mental, de una aceptación de ideas, sino de algo completamente práctico, funcional, siente. Sólo requiere estar alerta. La atención Abierta. Vemos la situación y, al mismo tiempo, vemos cómo ésta hace eco en nosotros como sensacion y pensamiento. En otras palabras, los hechos de una situación deben incluir nuestras propias reacciones. Nos quedamos en el proceso, libres de juicio, interpretación y evaluación, únicamente atentos, en diferentes momentos del día, a nuestro terreno psicológico, intelectual y físico. No existe motivo alguno ni interferencia de un yo, ni deseo de cambiar, crecer o llegar a ser diferente. La aceptación. No hay necesidad de optar por un nuevo modo de vida que, inevitablemente, se convierte en un sistema como otro cualquiera. Cuando la atención es abierta, en un principio hay observación del así llamado mundo exterior pero con en los movimientos internos. Después, estos movimientos, los gustos y los disgustos, se convierten a su vez en el objeto de exploración, escucha. De este modo llegamos a intimar más con nosotros mismos, nos hacemos más conscientes de cómo funcionamos de momento a momento en la vida diaria. Cuando somos exploradores, el verdadero escuchar aparece automáticamente y en escuchar hay apertura, receptividad. La exploración nunca se convierte en una fijación con una meta a alcanzar. Permanece como una bienvenida que aporta originalidad y vida a cada momento.
Muchas terapias nos dicen que nos aceptemos a nosotros mismos pero esta aceptación psicológica, a través de diversos tipos de análisis, se refiere siempre a un centro individual. En tanto que la idea del individuo permanece, hay un motivo escondido en la aceptación. No es una aceptación incondicional sino que está basada en un objetivo, una comparación, y siempre contiene un elemento de resignación. La psicología cree en la existencia del ego y su tarea consiste en hacer éste más cómodo, fuerte e integrado. El que podamos organizar nuestra vida de manera más satisfactoria ya es algo, pero no puede haber jamás una vía que nos lleve más allá de lo conocido y ahí no hay expansión posible. Estos procesos nos mantienen interesados en el objeto por sutil que éste pueda llegar a ser. En la aceptación,  el énfasis no está en lo que aceptamos sino en la aceptación misma. Nada hay para intentar añadir o quitar de la vida que estás viviendo. Esta requiere tan sólo estar alerta para ver los hábitos del pensamiento y el modo en que éstos nos tocan. Cuando vemos que casi toda nuestra existencia es una repetición mecánica, automáticamente salimos del modelo para entrar en la observación. Todos los intentos de cambiarnos a nosotros mismos se basan en la interpretación que supone la existencia de un intérprete pero, cuando no hay nadie para interpretar, ningún centro de referencia, el énfasis cae espontáneamente en la acción misma de tomar nota, escuchar. Es importante darse cuenta de que este observar sin un agente no es una actitud ni un estado. El objeto no es interesante. La observación en sí tiene su propio sabor y no necesita más. Es la misma apertura, o bienvenida, que constituye nuestro ser natural de cuando éramos bebes.
Para entrar en relación con uno mismo y, de este modo, con el mundo, toda interferencia debe cesar. Es el observador quien, proyectando constantemente conocimiento y deseos adquiridos, mantiene lo observado como objeto y de ese modo destruye toda verdadera comunicación, que es Amor. Con la desaparición del hábito de ser alguien que hace algo, sólo la atención abierta queda y, a la luz de ésta, se hace claro el funcionamiento de proyección. La mente recobra su sensibilidad y flexibilidad naturales y, al mismo tiempo, sentimos libertad en relación con nuestro entorno. Es en la Escucha Plena, en la que hay aceptación de ti mismo, la verdadera relación puesto que no hay otro.

Amor 
Carles 

jueves, 15 de mayo de 2014

Estracto del libro Presencia Biodinámica

Carles. No, no es la primera vez. Todo aquello que vemos nos refleja lo que está dentro de uno, la situación es lo de menos; si no está dentro no lo puedo ver.

L. Me pareció interesante eso que dices, si uno está buscando la tranquilidad, ya está en uno y de ahí surge la intranquilidad.

Carles. Así es, todo aparece en mí. No nos apropiemos de lo que en realidad no es nuestro. A lo que llamo tranquilidad es a una tranquilidad sin causa, que es la quietud, la nada, la felicidad que soy. Lo que soy no tiene causa. Es esto que cuando escuchamos los pájaros sin ninguna expectativa me devuelve a la tranquilidad; los pájaros no me causan la tranquilidad, la música relajante no es la que me causa la relajación, la situación refleja lo que está en mí, no importa la situación externa, solo me lo refleja. Y doy muchas gracias a la situación por que me refleja que hay algo en mí de lo cual tengo que tomar conciencia y si puedo estar con ello eso tiende a desaparecer. Esto es sesión continua. Si estoy dispuesto a ser alumno la vida se vuelve mi maestra diariamente, sin tener que ir a ningún sitio, ahora, ahora.


jueves, 8 de mayo de 2014

EL LIBRO A LA VENTA EN ESPAÑA

Si eres de España y quieres adquirir el libro, solo tienes que mandar tus datos, tu nombre y dirección de envió a quietud@me.com  (el pedido tiene que ser España) de momento.Pagar   en el enlace de paypal  y de y en dos tres días lo tienes en casa.

https://www.paypal.com/cgi-bin/webscr?cmd=_s-xclick&hosted_button_id=6UMV2URJJHCUW 


jueves, 24 de abril de 2014

La puerta

Un músico ve la vida a través de la música, un pintor a través de la pintura y un poeta contempla la vida a través de la poesía. El arte refleja la observación a nuestra disposición para orientarnos hacia el vacío. Y estos objetos son el cuerpo, los sentidos y la mente. Los utilizamos como el músico utiliza su instrumento, para ayudarnos a llegar a ser conscientes de nuestra conciencia.
Explora tu cuerpo, sentimientos y deseos, estados de ánimo y estados psíquicos. Renuncia a toda idea acerca de lo que eres. Vive sin conocer nada, como un explorador ante la aventura de descubrir algo nuevo a cada momento.
En esta exploración verás que no observas realmente, que proyectas tus temores y deseos y los superpones sobre el mundo. Así, todo lo que ves es tu propio condicionamiento, no el mundo como en realidad es. La consciencia, la comprensión de cómo funcionas realmente, no sólo psicológicamente, sino a todos los niveles, es en sí misma transformación. Si tratas de hacer cambios voluntarios, todo lo que haces es desplazar la energía y conseguir que las cosas te resulten momentáneamente más cómodas. En la actitud de plena escucha y exploración llegas automáticamente al vacío.
Amor
Carles 

miércoles, 16 de abril de 2014

Escucha.


Para llegar a darte cuanta de que tú no eres tu cuerpo necesitas primero descubrir lo que el cuerpo es en realidad. El cuerpo debe convertirse en un objeto de percepción, no en una idea. En la mayor parte de los casos, cuando te refieres a tu cuerpo, estás refiriéndote a una imagen construida en algún momento de tu vida; el cuerpo es para ti un esquema que te has acostumbrado a asumir. Pero cuando dejas de proyectar este esquema y permites hablar al cuerpo real, sientes toda su tensión y pesadez. Por medio de la visión te apartas de las ideas habituales que has tomado por realidades y dejas de ser cómplice de antiguos esquemas. Llegas a la sensación original del cuerpo: vacuidad sin límites. Puedes sentir que el cuerpo está totalmente extendido en el espacio.
El cuerpo en sí mismo es la puerta. Sentir el cuerpo real, el cuerpo tal cual es, te ayuda a descubrir una forma de escuchar sin proyectar. Esto te lleva más allá del cuerpo y llega un momento que la localización termina y la energía anteriormente fijada como «cuerpo» se disuelve en la escucha. En otras palabras, al no haber ya fijación de alguien que escucha o de algo que es escuchado, la relación sujeto-objeto se desvanece. Sólo hay unidad. Vacío.
Amor.
Carles 

domingo, 30 de marzo de 2014

LA VERDAD


  Durante un tiempo no encontraba respuesta a la pregunta qué es la Presencia Biodinámica. Creo que hay un grado de positivismo cuando se aborda el tema con el que no me siento identificada.

  Yo hablaría de la desnudez, de la pérdida de estructuras, del mirar cara a cara a la rigidez con la que vamos por la vida. Y, sobre todo, hablaría de la VERDAD, de que todo cae porque vivimos en una gran mentira y creemos que amamos cuando lo único que hacemos es complacer. La verdad que puedes observar cuando hablas o escuchas a alguien y te das cuenta de que en tus palabras y las suyas hay muchas falsas historias que nos esconden; la verdad cuando no culpas a nadie de estar perdida o ser incapaz de comportarte a veces como una persona adulta; la verdad de reconocer que a veces el camino lleva a la soledad, y no a la compañía y el bienestar como normalmente lo entendemos.

  Tal vez deseamos que la Presencia Biodinámica sea el regreso a la alegría y al encuentro con el otro, sí es así, aún no podemos estar con el revuelo y la caída libre que ello supone. Si podemos caer en lo que hay y estar con ello en calma, entonces hemos comprendido el trabajo, y eso supone un gran grado de honestidad y paciencia.


Nuria Navarro