Cuando ha quedado atrás creencias, maestros y gurúes, religiones,filosofías y procesos de conseguir mejoras, nos adentramos en una dimensión completamente desconocida. ¿Qué soy?. Ya no disponemos de ninguna explicación para nuestra historia de vida. Nos encontramos en un espacio esencialmente vacío donde deconstruir todo lo que conocemos, incluyendo el propósito y el sentido de la deconstrucción.
Ese vacío es el máximo potencial en el sentido de que es capaz de demoler toda construcción a la vez que de él emerge lo nuevo. Una vez que se ha destruido todo lo aquello que era falso de nuestra vida, todos los conceptos que construyen nuestra realidad individual, ya no queda nada en nuestra vida. Sencillamente no queda nada que no sea pura función. Muchos identifican este espacio vacío con la depresión, la despersonalización y la desconexión. En términos espirituales podemos llamarlo desapego y, en términos religiosos, la noche oscura del alma. Nos vaciamos de falsedad, pero también de verdad. Habiendo conectado con este punto de vacío, el vacío se consume así mismo, como la serpiente que engulle su cola. El mundo de los opuestos ha concluido.
La comprensión deviene confusión, sutil en sus cualidades. Cualquier intento de explorar la realidad inmediata que se presenta, por si misma, solo puede se desde un lugar carente de forma.
La sublime confusión supone nuestro fracaso a comprender el mundo y, sin embargo también representa la inutilidad de cualquier tipo de comprensión que pueda recurrir a lo abstracto. Es una modalidad de relación con el mundo que no esta mediatizada por comprensión alguna conocida, si bien hay una practica compartida con lo la inseguridad de lo desconocido. Cualquier intento de concretar ese estado fluido es inútil y sólo evoca a mayor confusión. Digo que esta confusión es sublime por que supone la liberación del paso de lo conocimiento, de las posiciones defensivas y de los puntos de vista. Hemos sido entrenados, desde que nacimos, a tratar de ocupar un lugar de conocimiento y, sin embargo, sabemos que no sabemos. Somos,como impostores de nuestra propia vida y eso va e detrimento de nuestra creatividad natural, reemplazandola por la obra de un actor que pretende relacionarse, existir y conseguir cosas. La confusión sublime a la apertura al contacto con un mundo que carece de sentido, que no posee explicación y que no tiene causa.
La sublime confusión, es lo que deviene una vez que estamos tan completamente abiertos que , como señala el significado de la palabra confusión, somos movidos sin resistencia alguna de una forma a otra al no estar separados. En esto se vuelve la vida, un movimiento dinámica y fluido, carente de centro o periferia, entre una forma y otra, un desconocimiento en sí mismos hasta que ocurre la expresión creativa de la Presencia Biodinámica.
Amor
Carles