Hay que ver los mecanismos nuestros en la vida de cada día. Cómo procedemos ante las cosas que se nos presentan. Darnos cuenta de que no aceptamos lo que se nos presenta. Inmediatamente lo interpretamos, si nos conviene, nos identificamos con ello y si no, lo eliminamos. Esa identificación o rechazo es la misma cosa. No estamos en relación con el objeto ni con la situación, hay que darse cuenta de esto. Es una falta de respeto ha lo que nos solicita. Hay que verlo y cuando lo constatas, tienes que tomar nota de tu estado, de lo que estas sintiendo. ¿Cuales son tus reacciones a lo que estas comprobando? Esto te abre inmediatamente a una observación que se hace consciente de que calificamos constantemente sin tener la posibilidad de recibir escuchar plenamente. Vamos a ver cosas que nunca hemos visto; objetos, o situaciones con mucha más riqueza y sobre todo, viviremos más profundamente en esta escucha. Porque esta escucha no es una función, es un estado de Ser. Esta escucha no la puedes atrapar y se vive en una plenitud, una suficiencia, una alegría, una libertad. La persona no tiene sitio en esta escucha. Así como antes escuchabas desde la persona, ahora lo harás desde la Totalidad. Vas a comenzar a vivir todo lo que sucede después de cada acción, después de cada pensamiento. Vas a vivir conscientemente esos momentos que son momentos más allá del espacio y del tiempo. No son momentos que se consideran como una ausencia de actividad, una ausencia de pensamiento, sino momentos vividos como una Plenitud. Y los vivirás en identidad con ellos, estarás totalmente armonizado. Ya no hay observador y cosa observada.
Amor
Carles