martes, 20 de febrero de 2018

La Práctica

Permite que el espacio vacío de tu propia presencia inunde en la sensación, que penetre profundamente en el tejido del cuerpo. Tómate tiempo para permitirle que sienta incluso las zonas  que ofrecen alguna resistencia, que parecen aferrarse a su objetividad densa.
Siente que este espacio vacío de tu propio ser no está tan solo presente y consciente, es amor, intimidad pura. Ama todo lo que toca, es la única manera de conocer algo: amándolo. 
Permite que capa tras capa de resistencia y densidad sea empapada por ese amor.
El cuerpo es un almacén donde están guardados todos nuestros rechazos, fracasos, miedos, resentimientos y heridas, historias de vida no digeridas, después que el pensamiento las haya escondido. Se depositan en él, capa tras capa, llegando a colonizar el cuerpo hasta tal punto que el cuerpo es, para la mayoría de nosotros, una densa red de contracciones y tensiones.

Normalmente pensamos en nuestro cuerpo como en un gran contenedor de piel que aloja todas las sensaciones que lo constituyen. Sin embargo, si cerramos los ojos, el único conocimiento que tenemos de él es una sensación. Y no experimentamos que una sensación aparezca dentro de otra. Todas las sensaciones son corporales y, están flotando en un espacio vacío de nuestra presencia consciente, de la misma forma que un montón de marcas negras flotan en el blanco de esta hoja que estas leyendo. Y este espacio en el cual están flotando las sensaciones no es un espacio inerte, es un espacio consciente. Está lleno de consciencia y permeado por la luz del conocer, es decir, la luz de nuestro propio ser. 
Es este espacio consciente el que hace que la sensación pueda ser conocida, de la misma manera que es la luz del sol la que hace que un objeto sea visible. 
Todo lo que es conocido de la sensación es el conocimiento que tenemos de ella,es decir, el hecho mismo de conocerla, y este conocer pertenece a nuestro ser íntimo, no es un objeto.
En otras palabras, la presencia consciente es nuestro verdadero cuerpo. Date cuenta de que todas las sensaciones que consideramos nuestro cuerpo se hallan flotando en realidad en el espacio ilimitado y vacío que somos.
Cierra los ojos y acude, con la actitud de cuando eras niño, a la experiencia del cuerpo. Contempla sin más tu experiencia del cuerpo ahora y despójalo de superposiciones e interpretaciones, y la naturaleza de la experiencia se revelará a sí misma por sí misma.

¿Estás presente ahora?
Amor

Carles 

viernes, 2 de febrero de 2018

Tomar el Poder.

Seguro que hemos escuchado, “toma tu poder”. Seguro, pero, ¿qué entiendo por tomar el poder? Siento que en general se cree que es, hacer lo que a uno le viene en gana, esto sería una versión infantil poco madura.

La toma de poder es darnos cuenta de que sólo nosotros somos los responsable de nuestra propia vida. Esto sería algo que está implícito en el crecimiento orgánico como persona, pero se complica por el hecho de que en esta sociedad que hemos co-creado existen muy pocos referentes de adultos maduros que hayan tomado el poder. 
Hay que recordar que no aprendemos de lo que se nos dice, aprendemos de la coherencia que tomamos de la gente con quien nos relacionamos, y, en general, la gente está atorada en la edad psicológica de la adolescencia, lo cual hace que no podamos tener referentes de la toma de poder.

Cuando los referentes que tenemos son gente con el poder cedido, podría decir que es “cómodo” vivir con el poder crecido. Por una parte no somos responsables de lo que nos ocurre, son los padres, la familia, la pareja, los amigos, los políticos, el jefe, bla bla bla... Así una lista infinita de culpables de por qué me siento así. Y por otra arrebatamos el poder a los otros porque creemos saber qué es lo que tienen que hacer en la situación que están viviendo. Es curioso, de verdad cremos saber qué es lo que tiene que hacer el otro pero nosotros no sabemos qué hacer. Éste es un bucle interminable.

Cuando tomas el poder empiezas a poder darte cuenta que no eliges, que las cosas van ocurriendo según tu historia de vida más o menos digerida. En la situación de que la historia esté digerida, la elección será creativa, nueva. Si no está digerida será reactiva, repetitiva, pero justo esto es lo que necesito para poder darme cuenta que estoy indigesto y lo necesito para poder terminar el proceso de digestión.

El poder no es algo que se te pueda dar, es algo que hay que tomar, si alguien te da el poder, te ata a él para siempre.

En un principio puede ser algo aterrador, puesto que te quedas solo (nadie a quien que achacarle mi mal estar, nadie es responsable de cómo me encuentro). Pero yo tampoco soy responsable de cómo te encuentras tú. Desde este lugar podemos empezar a relacionarnos de verdad, por debajo de las historias de quién creemos que son los demás. Esto es la única libertad posible, se libre de mí mismo. Y el otro puede ser quien es sin tener que convencerme.

El poder de sentirme como me estoy sintiendo ahora, y poder permitírmelo sin tener que hacer más que recibirlo, entonces vuelvo a sentirme expandido como cuando era un bebé con la experiencia de haberme separado, es el proceso de madurar.


Amor
Carles