En el momento que estamos en escucha, no existe ni anticipación ni recapitulación, lo que somos profundamente se convierte en una vivencia.
Lo que se presenta a nosotros, la corporalidad, las sensaciones, las emociones, los pensamientos son aceptados, escuchados profundamente, y no hay que hacer algo, solo escuchar para que se revele a nosotros. Y así el lugar desde donde se escucha se desplaza hacia la escucha de donde fluye lo escuchado.
Ha este nivel la escucha no puede ser ni mejor, ni perfeccionada, puesto que en si es toda perfección.
La forma solo es un reflejo de la Quietud y el Silencio.
La escucha surge de este descubrimiento hacia el cual apunta la forma, donde nada es esperado, donde nada se presenta.
Si quieres aquietar la mente, este aquietarse es provocado por un acontecimiento exterior y contiene las expectativas de algo.
La escucha no es una ausencia de objetos, es una ausencia de la ausencia.
Liberarse de lo que se está percibiendo es el primer paso hacia la experiencia vivenciada y esto se consigue con una actitud de plena aceptación que se desprende de toda aceptación y de todo rechazo.
amor
carles
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