lunes, 16 de junio de 2014

Prólogo, de libro.

                                                             
El mundo simplemente está, aparece. 
Nada que hacer, absolutamente nada que hacer.
Todo es ya la liberación que se busca. 
¡Qué perfecto es este despliegue, instante tras instante!. 
Dolor, placer, alegría, sufrimiento, el fascinante despliegue de los opuestos, el gran juego de la vida, todo se despliega ahora, ahora y ahora, sin nadie que lo atestigüe.
Cualquier testigo, en realidad, forma parte del despliegue. 
No necesitamos negar nada.
No necesitamos negar el dolor, el placer, el yo, el no-yo, el buscar, el no-buscar, la liberación, la iluminación o cualquier otra cosa. 
Son conceptos.
Todo está aquí. 
Bienvenido.
No hay volición ni falta de volición, no hay elección ni falta de elección, no hay destino ni ausencia de destino.
Nada que hacer, ningún lugar a donde ir, nada que decir y nadie que pueda decirlo.
Pero las palabras siempre llegan. 
El misterio es de donde llegan.
Y más allá de todo, ningún deseo de “descubrir” el misterio. 
¿Quién tendría el deseo?. 
Somos parte.
Todo es aceptado, todo está permitido, todo es posible.
Todo emerge ya espontáneamente.
Todo es aceptado ya por nadie.
Esto es el amor incondicional, aceptación sin condiciones. 
Aceptación de toda manifestación. 
Y esto es ya cierto para todos nosotros. 
Todo está ya aceptado, porque todo emerge espontáneamente y sin el menor esfuerzo. Cualquier esfuerzo de “aceptar” negaría la aceptación que somos.
¡Qué hermoso es esto, instante tras instante!. 
¡Qué impredecible, qué misterioso y qué emocionante!.
¿Por qué buscamos el cielo cuando contínuamente estamos en él?. 
El reino de los cielos en medio del dolor, en medio del luto, de la muerte y de la guerra.
El reino de los cielos tanto en los buenos momentos como en los malos.
La búsqueda implica que el cielo está en otra parte, en otro lugar, en otro tiempo.

Toda búsqueda es una huida de la realidad.
Más allá de todas las palabras, siempre está esto, el presente innegable en el que emergen las palabras. 
Sentado aquí en esta silla, todo discurre libremente, sin elección, sin esfuerzo.


Esto no es un estado “ especial ”. 
No es algo que yo haya “alcanzado “. 
No.
Esto es algo a lo que todos podemos acceder.
El mundo aparece de forma gratuita de la nada, ahora, ahora y ahora.
Para todos y cada uno de nosotros.
Y no es necesario, para ello, creer nada, empeñarse en nada, ni elegir nada.
Simplemente es así.

Esto es lo que habíamos estado buscando, sin conseguirlo a lo largo de toda nuestra vida.
Y si algo ha ocurrido ha sido que nadie ha visto a través de la búsqueda.

Las palabras complican mucho las cosas, pero esto es siempre muy sencillo.

Os dejo con palabras.

Amor
Carles


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