Todo conocimiento es una limitación, que empieza a dejar de ser limitante cuando tomo conciencia de ello.
Darse cuenta de que no necesitas nada es extraordinario. Hemos vivido toda la vida convencidos de que era indispensable saber, aprender, ser; y nos damos cuenta que era absurdo. Cuando no sé nada, todo es posible, todo saber puede habitar en mí. Cuando afirmo algo, esta convicción me cierra a cualquier otro conocimiento. Mi pequeño saber me aísla del mundo, me limita. Cuando no pretendo nada, todo saber es accesible, todo puede encarnarse.
Amor
Carles
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