Cuando llega la aceptación, desaparece la implicación, y aparece el espacio. No es la paz momentanea que sientes cuando consiges algo que quieres. Y tampoco la paz de cuando te olvidas. Más bien es la paz que se da en el centro de la tormenta, en el ojo del huracán. A tu lado esta el girar de la vida y del vivir. El movimiento que conlleva la vida, pero en el ojo de la tormenta hay paz. Hay quietud. La aceptación que me refiero apunta hacia esa paz y quietud.
Quizá hayas notado que la aceptación es imprevisible. ¡ no puedes conseguirla por ti misma! A pesar de tus concienzudos esfuerzos, la aceptación siempre se desliza entre tus dedos. La aceptación viene, lo mismo que la no aceptación. La aceptación puede venir en cualquier momento, sin avisar, sin preparación.
Pero no puedes fabricarla, manifacturarla. Y el reconociniento de que no puedes fabricarla es, en sí mismo, aceptación. La aceptacion puede llegar en cualquie momento y cortar la implicación. Y la paz se encuantra en la aceptación, en el reconocimiento de LO QUE ES, en este momento.
Amor
Carles
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