Escucha como cantan esos pájaros que vuelan ruidosamente, quizá tratan de encontrar un árbol para pasar la noche, donde nadie les moleste y estar tranquilos. Escúchalos, no puedes hacer nada más, no puedes pedirles que dejen de gritarse unos a otros. Tan solo escucha. Por qué si te resistes al ruido que hacen, esa misma resistencia niega la libertad de escuchar. Y si luchas, por qué quieres escuchar lo que se está diciendo y ellos hacen un ruido espantoso, esa lucha es el acto que impide escuchar y, por tanto, niega la libertad de escuchar.
Amor
Carles
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