A. ¿Por qué nos involucramos?
C. Como terapeuta, siento una confusión que pienso que está bastante extendida en relación a entregarse al cien por cien e involucrarse.
Cuando hablamos de involucrarse en una relación humana nos referimos al nivel de la historia. Lo que le está pasando a la otra persona toca mi propia historia de vida no digerida y desde ahí, desde mi historia, creo saber lo que necesita, con lo cual sin darme cuenta mi actitud nos debilita a las dos. Por una parte, al paciente no le servirá el encuentro o no quedarán nunca satisfechas sus expectativas, con lo cual yo no termino de sentirme bien con el trabajo. Entonces puedo creer que no terminé de hacer bien algo o pude haber hecho algo más. Los dos salimos debilitados.
Entregarse completamente, tal como yo lo percibo, puede sonar frío o egoísta cuando se lo explico a alguien por primera vez.
Cuando me entrego a lo que está ocurriendo desaparece la separación, la separación solo está en la historia de vida que llevamos. Hay pura aceptación de lo que está ocurriendo, aceptación de que no se qué necesita el otro ni yo, solo estoy dispuesto a sostener lo que está ocurriendo sabiendo que es un regalo de la vida para ambos. Así ella no tiene que convencerme de lo que vivió, cómo lo vivió, para ella fue así, esto es una gran oportunidad de que ella sane su vida si llega a darse cuenta del patrón de su historia.
Y esto no puede ocurrir si tú haces algo más que solamente recibir con todo tu cuerpo (como tú sabes hacer) lo que ella está compartiendo. Esto es Amor.
Cuando hoy vayas a visitarla puedes intentar una cosa, si te parece. Ve a verla como si fuera la primera vez que entras en contacto con ella, como si no conocieras ni siquiera el parto, por debajo de la historia. Entra en contacto con todo tu cuerpo estando en presencia de ella y su bebé. Haz lo que tengas que hacer desde ahí. Y después, si quieres, me cuentas.
Amor
Carles
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