Pura experiencia.
Nuestra relación con las manifestaciones aparentes de cuerpo, mente y mundo es la misma que la relación existente entre una imagen y la pantalla, es decir, no hay relación. De hecho, ahí no hay dos cosas, una imagen y una pantalla vinculadas la una con la otra. Tan solo la pantalla todo el tiempo. Arboles, personas, edificios, coches, cielo, sol... son, todo ello, el nombre que damos a la pantalla cuando olvidamos que es solo una pantalla. Pero incluso cuando olvidamos, ahí solamente hay pantalla. Somos así en relación con todo lo que percibimos, el cuerpo, la mente y el mundo. Todo lo que conocemos es la experiencia de ello. Esto es, no conocemos el cuerpo, la mente o el mundo como tales; tan solo conocemos la experiencia que tenemos de ellos. ¿Y dónde tenemos la experiencia? ¿Hay alguna distancia entre la experiencia y quién somos? ¿Esta hecha la experiencia de algo distinto de quiénes somos?
¿Cuánta distancia hay entre quiénes somos y la experiencia de la luna? ¿Está a cientos de miles de kilómetros o bien es la experiencia que tenemos de la luna (que es todo lo que conocemos de la luna), cercana, íntima, una con quiénes somos?
En realida, es decir, en nuestra experiencia real, toda experiencia es una única sustancia. La separacion entre quien somos y la mente, el cuarpo y el mundo o los demás no es nunca experimentada. Siempre es pensada, imaginada.
No importa qué nombre le pongamos a esta sustancia única, puesto que no hay nada con lo que contrastar. De todos modos, sea lo que sea la sustancia de la experiencia, esta hecha de quien somos, y por eso se, presencia, conciencia son nombres adecuados para ella.
Esta intimidad, falta de separación u otredad es tambien conocida como Amor, y es la condición natural de toda experiencia.
¿Estás presente?
Carles
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