miércoles, 19 de diciembre de 2018

En esencia

En el vacío está el factor curativo de cualquier situación. 
Heidegger dice: “Permanece abierto a la apertura.” 
Permanece abierto a la no-conclusión. En esta apertura, la situación ofrece su propia solución, y abiertos la recibimos. A menudo, cuando la solución aparece, la mente entra y disputa con ella, la pone en duda.
No hay nada de lo cual tengamos que deshacernos, sólo es necesario que seamos desapasionados y compasivamente conscientes de lo que está ocurriendo, sea lo que fuere. Sea lo que fuere que surja ( miedo, ira, alegría, la idea de acertado o equivocado). 
¿Qué es este momento fugaz sin un argumento que lo califique, sin pensar en el “no hay juicio”?
¿Cuál sería el motivo de hacer un esfuerzo para producir calma y aferrarse a ella? Esta misma pregunta perturba la calma. ¿Podemos observar y escuchar interiormente en la verdadera calma, en atención plena?
De modo que, preguntémonos si hay un motivo para usar la calma con el fin de evitar algo que me perturba o es doloroso. ¿Estamos forzando o peleándonos con algo con el fin de permanecer en calma o el cuerpo está en quietud y abierto, listo para estar con cualquier cosa que se produzca momento a momento?
Estar en Presencia Biodinámica aquí y ahora significa que no hay un yo-centro controlando u objetando. Los pensamientos, sensaciones y percepciones son sólo lo que son: alegría, tristeza, depresión, euforia, pájaros cantando, inhalación, exhalación, dejemos que sean. Permitamos que todo suceda aquí, sin interior ni exterior, sin bueno ni malo, ya que sólo son conceptos, ¿no es así? Escuchemos de manera fresca, como la primera vez, respiración, pájaros, tocar, ver, un todo indescriptible. Atentos a todo sin que nadie lo esté haciendo. El vacío sin centro.
Ir más allá de la atención. Por supuesto, la mente juega con todo y especula: “¿qué quiere decir más allá de la atención?”. Significa simplemente soltar todo, no tener ni ideas, nada, sólo lo que hay aquí momento a momento. Sin darle importancia especial a nada. Sólo lo que hay, tal cual es. Reviviendo todo con asombro en el vacío. Pero no fabriques un concepto o imagen de lo que estás leyendo, un concepto, o imagen no es lo que es.

Amor

Carles  

viernes, 9 de noviembre de 2018

¿Cómo afrontar el miedo?


¿Cómo afrontar el miedo?

No tenemos que hacer nada para que el teatro de sombras ocurra. ¡Está ocurriendo ahora mismo! El miedo surge y se apodera del cuerpo-mente. Un pensamiento, un recuerdo sin palabras lo ha despertado y aquí está. Se percibe como muy desagradable. Quien dice miedo, dice ansiedad dice partida, dice cualquier cosa a la que le llamemos emoción. ¿Te has parado y has sentido alguna vez completamente, sin palabras, sin deshacerte de él? 
Durante mucho tiempo no hemos sentido realmente el miedo, porque no nos permitíamos ponernos en contacto con él. Estaba allí, al acecho, pero no era sentido porque había una noción no cuestionada en el cuerpo-mente de que no debía ser sentido, yo no debería sentir cosas dolorosas. Aprendimos a cuidarnos de ellas porque son señales de peligro, desarrollamos una piel gruesa e impenetrable para evitar sentirlo, que es como una respuesta del organismo a los cuerpos extraños. El cuerpo encapsula agentes extraños que penetran en él. Hay muchos encapsulamientos sucediendo dentro de nosotros, bio-fisiológica y psicológicamente, sellando experiencias penosas para que sean inaccesibles a la sensación y al sentido. Casi inaccesibles, porque en algún lugar permanecen e intentan emerger. De modo que existe esta premisa profunda subyacente de que no debo ponerme en contacto con sensaciones terribles que me hacen emerger el miedo, la ansiedad y la angustia. Están allí en todos nosotros. Pongámoslo en cuestión en este momento. Cuestionamos la resistencia que surge automáticamente cuando algo doloroso ocurre: resistirse a sentirlo íntimamente sin separación. ¿Acaso no conocemos bien la resistencia a estas sensaciones perturbadoras? Se manifiestan como tensión en el estómago, el corazón, los intestinos y en los músculos. Sea lo que fuere, ¿podemos sentirlo profundamente, no huir de ello? Nada puede herirnos realmente excepto negar o escapar de lo que hay aquí tal cual es. 


Carles

martes, 2 de octubre de 2018

Recuerdos del trauma


Mientras el cuerpo está vivo, él puede soportar la situación. La mente, en cambio, no soporta nada. Veinte años después, tú sigues sin poder pasar por esa calle en la que fuiste agredido. Tu agresor era alto, todo encuentro con alguien que también sea alto te moverá y supondrá  un problema... La vida entera se frustrará por ese recuerdo del miedo a la agresión. Volver sensorialmente al corazón de la sensación cuando ocurre este recuerdo vivido como un drama, lleva a darse cuenta de que el pretendido drama era lo que era: un conflicto biológico, no un drama psicológico.
Nunca es el hecho que ocurrió el que nos hizo desdichados, traumatizados supervivientes, sino la idea de que eso no debería de haber ocurrido.

Amor
Carles Company

jueves, 23 de agosto de 2018

Simplicidad

La esencia de esta propuesta (trabajo) es la simplicidad.

¿Cómo hacemos para que sea simple? ¿Podemos detectar o dejar de lado las complicaciones creadas por la mente, que siempre quiere saber cómo deben ser las cosas?
Es raro. En los círculos indagamos, pero tienen dos aspectos excluyentes. Uno es que las palabras que describen dividen lo que es indivisible, de modo que tenemos que recordar que lo que describimos como separado, en realidad, es un todo completo.
En los círculos de Presencia Biodinámica tratamos de hacer inteligentemente consciente lo que llamamos nuestro condicionamiento, nuestras relaciones habituales, biológicas, hacia los otros y hacia la situaciones que nos rodean.
Hemos creído firmemente que nosotros tenemos el control sobre nosotros mismos, que somos los iniciadores de las acciones, que elegimos qué hacer y qué no hacer. Pero ahora, para sorpresa y frustración nuestras, decubrimos que no hay alguien que decida reaccionar. Las respuestas son tan instantáneas como un reflejo condicionado. No hay entidad que gobierne, soló pensamientos y respuestas físicas conectadas entre sí automáticamente.
Es tan simple que no tenemos que hacer mas que dejar hacer a la biología aprendiendo a permitirnos sentir, escuchar el cuerpo. ¡Cuidado!, no se trata de entender lo que el cuerpo nos dice, ni las emociones siquiera. Es justo el intentar entenderlas, colocarlas en un mapa, lo que impide que el trabajo haga el trabajo.

Amor
Carles

viernes, 3 de agosto de 2018

La única posible gestión emocional

La única posible
gestión emocional

    Ven a la inmediatez del miedo que aguijonea. ¡Siéntelo sin ninguna premeditación de modo que toda separación desaparezca! Antes de ponerle la palabra miedo o cualquier otra. No hay miedo, nadie que lo tenga, nadie que lo sufra, nadie que lo produzca. Sea lo que fuere que está sucediendo, está simplemente aquí, pudiendo desplegarse y disolverse en el espacio vacío. ¿No es eso lo que pasa con cada pensamiento, sensación y percepción? Nace, se despliega y se desvanece sin dejar rastros, a menos que el combustible de la mente y el recuerdo lo mantengan andando. 

     ¿Estamos preparados para esto? ¿Lo podremos recordar la próxima vez? ¡Ahora! El hábito de apartar lo desagradable es tan fuerte... No hay que hacer algo muy especial al respecto. No es gran cosa. Algo surge e inmediatamente admite que está ahí, que sea visto y sentido sin más. Dejémosle el espacio que necesite para que se despliegue. Dejemos que diga lo que tiene que decir. También está el sonido de los grillos, el sonido de la brisa, la sensación de calor a mediodía en agosto, el canto de los pájaros. Al estar en calma con todas las cosas, casi no hay respiración. Y se produce una respiración profunda porque el organismo necesita oxígeno fresco. ¡No existe separación! Simplemente el contacto y la pregunta, el escuchar y el observar sin saber. Entonces todo sucede en un espacio vasto, lleno de energía y amor. En la escucha, las cosas cobran coherencia, se tornan comprensibles, fluidas. Demasiado maravilloso como para ponerlo en palabras.

Amor

Carles 

viernes, 27 de julio de 2018

Lo que te ocurre es un regalo, nada está equivocado.

Podemos alabar las respuestas de nuestro cuerpo, porque son las que nos permiten sobrevivir. Tendríamos que alegrarnos de cómo respondió el cuerpo, en lugar de sentirnos culpables porque el cuerpo nos ha fallado, hemos “enfermado”.
No hay malas respuestas, sólo respuestas adaptativas. Es muy importante que nos demos cuenta que no hay nada equivocado, que el sistema nervioso autónomo hace lo correcto para que sobrevivamos y hay que respetar lo que está haciendo. Al respetar la respuesta del cuerpo, dejamos atrás ese estado de lo que debería ser y respetamos nuestro tempo, lo que contribuye funcionalmente al proceso de sanación. 

Pero tanto las terapias convencionales como alternativas transmiten al paciente que su cuerpo no se está comportando como es debido. Se dice al paciente que ha de ser de otra manera, que necesita cambiar. Éstas evalúan al paciente, lo cual hace que ponga su sistema en alerta y ello impide su sanación.

Amor

Carles 

lunes, 16 de julio de 2018

Conversaciones en Presencia Biodinámica®

Conversaciones en
Presencia Biodinámica®


 C- En la experiencia pura, en este momento hay un sonido. El pensamiento lo etiqueta como el canto de un pájaro y ese pensamiento produce una reacción: me gustan los pájaros o no me gustan. ¿Podemos escuchar esos pensamientos y, al mismo tiempo, el sonido que no es pensamiento? ¿Qué es? Percepción, pensamiento, sensación.

N- De modo que este trabajo es escuchar, escuchar, los pájaros, el avión, y escuchar los pensamientos que surgen por mi mente (por ejemplo: me pregunto si estoy experimentando este momento tan intensamente como debiera) y sentir las sensaciones en el cuerpo. ¿Esto es el trabajo?

C- Sí, si hay amplitud en la escucha, todos los sonidos, pensamientos y percepciones están abiertos. No tratamos de apresar ni de rechazar nada. Y si apresar, rechazar o juzgar se presenta, ¿podemos percibirlos con amplitud, de manera que todo lo que suceda tenga lugar en un espacio amplio sin juicios? Si surge el juicio, no necesariamente tiene que ser juzgado. Tampoco es necesario liberarse de él. Hay espacio para todo lo que suceda. ¿Podemos estar simplemente con todo lo que hay, sea lo que sea, no como jueces, actores o controladores, sino abriendo un espacio de escucha a todo lo que emerja, pensamientos, sensaciones y percepciones?

N- Noto que el pensamiento comienza a transformar esto que dices en un proyecto o práctica para tratar de realizarlo. 

C- ¿Que es “tratar”? Vamos a verlo. ¿Qué forma parte del “tratar”? Tú mencionaste un pensamiento transformando en un un proyecto lo que se acaba de decir acerca de escuchar con apertura: “Esto es lo que hay que hacer. Es la tarea que debo realizar siempre” 
    ¿Puedes escuchar tus pensamientos mientras se están produciendo?

N-  Quiero lograr algo con esto. Esto puede traerme beneficios.

C- Nos quedamos atrapados en ese deseo de obtener algo que implica imaginar que si hago esto voy a ser mejor en comparación a como soy ahora. 
    ¿Puedes ver la comparación operando? Tratar es un proceso palpable, conlleva manifestaciones físicas. El cuerpo responde a todos los pensamientos, a cada deseo que emerge en la mente. 
    De modo que, o se produce un enredo con ese proyecto (el pensamiento de desear algo a cambio de escuchar en calma, deseo de mejorar como persona) o ves el enganche. 
Si no hay ver, hay tratar: tratar de encontrar un método, buscar una persona que pueda enseñarnos.
    Lo que hay: el sonido del avión, los ladridos del perro, los pájaros, la sensación del viento, la luz del sol poniéndose, el sonido del teclado, la sensación del cuerpo en la silla, los pies en el suelo. ¿Cúal es el inconveniente de estar en contacto con lo real, con lo que verdaderamente sucede en este momento, aunque sea poco espectacular?
Este es uno de los problemas, la idea de estar en contacto con la realidad debe ser algo espectacular, fuera de lo ordinario. Esto es completamente simple. ¿Podemos ver sin ese acto nos proporcione “algo”? ¿Podemos escuchar, sentir, percibir, pensar completamente abiertos sin saber?
    Al mismo tiempo hay otras cosas, la respiración, la sensación del viento, el ladrido del perro, el latido del corazón. El universo entero esta aquí, la maravilla del universo, no su concepto. 

    Siente...

    Amor

    Carles 

viernes, 29 de junio de 2018

La experiencia del Amor

La experiencia del Amor. 

Te invito a explorar la experiencia con la mayor profundidad. Encontrarás que la línea que hay entre quién está conociendo toda experiencia y los objetos de la mente, el cuerpo y el mundo que están siendo conocidos, se desvanece progresivamente, incluso repentinamente en algunos casos. Esta experiencia de ausencia de división, separación u otredad entre quién eres y cualquier cosa que experimentes es la experiencia conocida como amor.
El amor normalmente es conocido como la cualidad íntima que caracteriza unas cuantas relaciones, que conectan una persona con otra, cuando en realidad es la condición natural de toda relación, de toda experiencia. El amor no es selectivo; sólo el pensamiento lo es. 
El amor no es otra cosa que la comprensión sentida de que nuestra experiencia que no está hecha de dos entidades (un yo, por una parte, y lo que éste percibe por otra, es decir, los objetos, los demás y el mundo). El amor es la disolución de la separación aparente, o más bien es la comprensión sentida de que dicha separación en verdad nunca existió. 
Esta división de la experiencia en partes aparentemente distintas, tan solo es la superposición de pensamientos sobre la siempre presente naturaleza de la existencia. Cuando la experiencia es liberada de esta separación, esto se llama amor. No conocemos ninguna otra cosa que no sea amor.

Amor

Carles 

jueves, 21 de junio de 2018

El paraíso

Es igual lo que hagas. Nunca podrás librarte del sentimiento de separación porque mientras siga habiendo una historia seguirá existiendo un problema, seguirá existiendo la separación. La terapia y la meditación son estupendas y hacen más confortable la prisión, pero no te sacan de ella porque la prisión es la historia que has creído ser. La historia que has creído ser no tiene ninguna posibilidad de salir de la prisión, precisamente porque la prisión consiste en el sentimiento de que hay una persona separada. Y eso es lo único que nos impide reconocer que esto es el paraíso. Cuando la historia se digiere, se ve que nunca hubo una prisión y esto siempre ha sido el paraíso. Nunca abandonamos el paraíso. 

Amor

Carles

jueves, 14 de junio de 2018

Experiencia Pura.

¿Qué es lo que sabemos de nuestro propio yo a ciencia cierta?
Sabemos que los pensamientos, el cuerpo y mundo son en realidad la experiencia que tenemos de ellos. Por otra parte, la experiencia depende por completo de la presencia de nuestro yo, sea lo que sea dicho yo. Nadie puede experimentar sin que antes esté la presencia de quiénes somos ahí.
Toda experiencia es conocida por quiénes somos y por tanto el conocimiento que tenemos acerca de los pensamientos, el cuerpo y el mundo, está relacionada con el conocimiento que tenemos de nuestro yo; de hecho, depende de este conocimiento.
La forma como una persona se ve o se entiende a sí misma condiciona profundamente las maneras como ve y comprendre los objetos, el mundo y a los demás.
Pues entonces  empecemos por conocer quiénes somos, puesto que todo parte de ello.
Puedo no saber qué soy, pero sí puedo saber que no soy. Nadie puede negar su propio yo, puesto que incluso para negarse a sí mismo uno tiene que estar presente.
Ser o tener presencia es una dualidad inherente a nuestro yo. ¿Qué más podemos afirmar a ciencia cierta sobre quiénes somos?

Amor
Carles

miércoles, 23 de mayo de 2018

¿Indagamos?

La Presencia Biodinámica como Experiencia Pura. ¿Indagamos?

Solo es posible la indagación a través de la experiencia pura, mucho más que mediante las definiciones. 
Os invito a indagar en la experiencia pura que, sin estar mediatizada por ninguna información, sin embargo contribuye a la obtención de toda la que se deriva de ella. 
Estamos ligados a nuestros procesos de pensamiento para contar con puntos de referencia, y desde ahí planteamos aquellas preguntas que nos garanticen mantenernos en el análisis, en el vínculo entre causa y efecto y la evaluación conceptual. Valoremos el poder de la mente, puesto que gracias a ella podemos elegir la experiencia pura libre del pensamiento.  Tras este reconocimiento, podemos elegir conscientemente cuándo dirigir la atención al pensamiento y cuándo nuestra atención reposa en la Presencia abierta, sobre todo en las situaciones que nos tocan y en las que antes sentíamos que no teníamos elección. 
Indagar en lo que está aconteciendo en el presente exige no tener un concepto previo a ello. Durante la mayor parte de nuestra vida se nos ha enseñado a acumular conceptos y a categorizar lo que percibimos, la invitación a indagar supone un reto. Estaremos listos para este reto al reconocer que el pensamiento conceptual es limitado. Estamos preparados cuando queremos más y nos damos cuenta de que no lo estamos encontrando agregando más a lo que ya conocemos. 
El desafío de la indagación consiste en estar dispuesto a descubrir directamente lo que existe, sin contar con puntos de referencia. No es un reto pequeño porque requiere afrontar la muerde de los mundos interno y externo tal como lo hemos construido sin saber qué tomará su lugar. Ya vivimos esta experiencia de soltar el mundo que hemos construido cuando nos quedamos dormidos sin sueños, y necesitamos de esa experiencia para nuestro bienestar a todos los niveles. El reto consiste en soltar el mundo que hemos construido, permaneciendo conscientes. 
¿Podemos contar nuestra historia con la voluntad de desnudar? ¿Podemos estar abiertos a descubrir cuál es la raíz de toda experiencia pura?
Atrevámonos a descubrir la desnudez sin adornos, lo que cambia y lo que sigue igual. 
Permitámonos que la información sensorial sea la última palabra. 

Amor 

Carles 

lunes, 21 de mayo de 2018

Experiencia Pura

Toma una piedra en tu mano

La piedra que sostienes en la palma de la mano es una certeza solo en el sentido más superficial. Crees qué es una piedra, que la conoces, pero ¿cuál es tu auténtica experiencia? ¿Es lo que percibes con los sentidos si dejas de pensar en ella? ¿O es una mezcla, una ondulación de funciones de onda que forman partículas subatómicas que intermitentemente existen y dejan de existir a la velocidad de la luz? Es, sin lugar a dudas, todas estas cosas y más. Y, a la vez, es menos..., es nada. La piedra es y a la vez está cambiando, está muriendo y renaciendo. ¿Quién de nosotros puede asegurar que sabe algo respecto a ella? Las posibilidades son infinitas en todos los sentidos, y por eso la certeza es una ilusión. Lo más que podemos aproximarnos a predecir con exactitud la vida de un átomo, una piedra o la evolución de nuestra vida es sólo una probabilidad. 

Nisargadatta Maharajah, dice «El conocimiento es ignorancia». 
Pues en cuanto creemos conocer algo lo encarcelamos en nuestra mente, poniendo fin con ello a su cualidad cambiante. Allí se convierte en un recuerdo aislado de su realidad viva y palpitante. Allí se queda petrificado. ¿Qué podemos hacer entonces? Podemos intentar estar abiertos tanto a la realidad aparente como a la probabilidad de que está en proceso de transformación. ¿Cómo lo hacemos? Empecemos por tomar conciencia de nuestra propia realidad, los cimientos sobre los que luego construiremos. ¿Quiénes somos? Nuestro cuerpo y nuestra mente están hechos de la misma sustancia básica que las piedras. Antes de que las piedras se conviertan en partículas subatómicas u ondas de probabilidad, están quietas. 

El teórico de la mecánica cuántica David Bohm llama a esa quietud orden implicado. No hay máquina que pueda medirla, pero podemos experimentar la Presencia que somos y, cuando lo hacemos, la mente y el cuerpo se quedan quietos a su vez. Y esta quietud es de donde emergen, tanto del ser como del devenir. Desde la Presencia , percibimos el mundo antes de juzgarlo, de analizarlo o de que ninguna emoción distorsione la percepción. Lo mundano se preña entonces de potencial. La piedrecilla que sostenemos en la palma de la mano inhala luz y exhala amor. Lo que quiero decir es que podemos aprender a aceptar con naturalidad ambos mundos, el de la Biodinámica y el de la presencia. Podemos unificar el mundo de los opuestos, la percepción de la experiencia pura, es decir, de la presencia. Cultivar la percepción de la Presencia Biodinámica  trae consigo una estabilidad que va mucho más allá del simple «sentirse bien». La Presencia Biodinámica estabiliza la manera de ver.

Amor

Carles 

domingo, 8 de abril de 2018

La respuesta

Plantear una pregunta implica una respuesta que tú aún no tienes. Hacerse esas preguntas son fruto de la sensación de que te falta algo. Date cuenta. 
La mente dice: - Para que desaparezca esta sensación de que me falta algo tengo que encontrar la respuesta. 
¿Puedes darte cuenta cómo este mecanismo promueve el mantenimiento de esta sensación ? En realidad no te falta nada, eso no es más que un cuento, una creencia. ¡Esta sensación de que te falta algo es la respuesta a tu búsqueda! ¿Entiendes qué quiero decir? Mientras exista este proceso de plantearse preguntas y separar respuestas, permanecerá esa sensación de falta de plenitud. Sin embargo, fíjate, esa sensación surge ahora. Pues siéntela ahora. No es más que energía, una expresión de que estás vivo, y no se puede nombrar. Antes de ponerle la etiqueta de “me falta algo”, ¿cómo es esa sensación? No es más que un sentir que surge ahora, brota en la inmensidad de la presencia que tú eres, pero no eres tú quien lo hace. Fíjate cómo la mente irrumpe y lo clasifica como “falta de plenitud” y establece una división entre “tú” y “me falta algo”. Entonces busca cómo acabar con esa sensación. 
Todo esto es un maravilloso juego de la mente que, al sentirse identificada, tiene que mantener esa sensación de no sentirse plena, la mente no quiere que eso termine, lo ve como su muerte.
La respuesta a toda pregunta es sentir la sensación que emerge en el cuerpo justo en el momento después de haber hecho la pregunta y esperar la respuesta. ¡Ahí esta la respuesta! ¿La sientes?

Amor
Carles

jueves, 22 de marzo de 2018

Presencia Biodinámica, una experiencia.

Presencia Biodinámica, una experiencia.

Cuando experimentamos, no hay lugar para el pensamiento. De hecho, en la experiencia pura no hay lugar para un yo interior separado y un mundo separado. Mira un momento fuera por la ventana. ¿Qué hay ahí, en este momento intemporal previo a que el pensamiento haga su aparición u nombre lo que ve como “paisaje”, “calle”, “edificio”, “árbol”, “cielo”? Tómate algún tiempo para responder esta pregunta desde la experiencia en vez de hacerlo desde el pensamiento.¿Qué hay ahí antes de que el pensamiento haya tenido tiempo de aparecer y ubicar nuestro yo en un cuerpo? 
Esta fracción de un momento de tiempo no es 
un momento de tiempo. Es el presente y único Ahora, desde el cual presenciamos el movimiento de la vida.

Amor 

Carles

viernes, 9 de marzo de 2018

Círculo de Experiencia Pura

La condición natural de toda experiencia pura es la intimidad de la no-separación u otredad, que es conocida como Amor. 

Pero lo que hacemos es añadir un concepto a nuestra experiencia, y por ello creemos que el concepto es la verdad, en vez de la experiencia pura. 
Todo lo que hay que hacer es dejar de superponer conceptos a la experiencia pura. Entonces ésta brilla tal como es, en Presencia Biodinámica. 

Amor

Carles

miércoles, 7 de marzo de 2018

Darse cuenta

¿quien se da cuenta?  Aquí hay un misterio. Desde la mente pensante, la cual quiere hacer todo, incluso darse cuenta, esta atenta, observar.  A todo lo llama estar atento y ser consciente de de todo. Y en verdad solamente es consciente de la película que está ella misma proyectando, nada mas tiene cabida, solo lo que ya esta registrado en ella. Detrás esta la Inteligencia que somos. El puro vacío que se escapa. Solo si nos habriendonos a ese vacío  hay observación de lo falso, de lo cual al darnos cuenta puede haber discernimiento y lo falso se cae por su propia falsedad, sin ningún esfuerzo. No es un esfuerzo voluntario.
Para ser bueno, para ser mejor que otros necesito un esfuerzo, pero no para ver lo falso.
Solo al darme cuenta desde el vació aparece lo falso y cae por si mismo, entonces hay desapego. Solemos estar apegados a personas, a actitudes emocionales,  a situaciones sociales, a conocimientos, y tantas cosas mas..., sin embargo, me cuesta mucho trabajo desapegarme, por que no he visto la falsedad de esa situación.
El esfuerzo de desapegarme es falso e inútil también. Pues lo que esta pasando no es nada, ni bueno, ni malo, ni hay culpabilidad en ello. Simplemente lo estoy mirando desde un lugar limitado de mi historia de vida y eso produce identificaciones, apegos, conflictos y sufrimiento. Quiero quitar los conflictos, el sufrimiento que ocasionan los apegos, pero sin salir del lugar de identificación con mi historia de vida. Eso no es posible, si no lo creemos, intentémoslo. De hacho la humanidad lo viene haciendo desde hace siglos.
La verdad es que no es así, no es la solución a nuestros problemas, es la visión de que no hay problemas y eso es otra cosa. Nos empeñamos en resolver el problema en el mismo ámbito, en el mismo lugar en donde surge y esa es la solución de los problemas que entendemos. Pero es cosa muy distinta, eso si , sumergirnos en el vacío  que somos, allí donde no aparecen ningún problema, no existe el problema, por lo tanto no hay que solucionarlos.



Amor
Carles 

martes, 20 de febrero de 2018

La Práctica

Permite que el espacio vacío de tu propia presencia inunde en la sensación, que penetre profundamente en el tejido del cuerpo. Tómate tiempo para permitirle que sienta incluso las zonas  que ofrecen alguna resistencia, que parecen aferrarse a su objetividad densa.
Siente que este espacio vacío de tu propio ser no está tan solo presente y consciente, es amor, intimidad pura. Ama todo lo que toca, es la única manera de conocer algo: amándolo. 
Permite que capa tras capa de resistencia y densidad sea empapada por ese amor.
El cuerpo es un almacén donde están guardados todos nuestros rechazos, fracasos, miedos, resentimientos y heridas, historias de vida no digeridas, después que el pensamiento las haya escondido. Se depositan en él, capa tras capa, llegando a colonizar el cuerpo hasta tal punto que el cuerpo es, para la mayoría de nosotros, una densa red de contracciones y tensiones.

Normalmente pensamos en nuestro cuerpo como en un gran contenedor de piel que aloja todas las sensaciones que lo constituyen. Sin embargo, si cerramos los ojos, el único conocimiento que tenemos de él es una sensación. Y no experimentamos que una sensación aparezca dentro de otra. Todas las sensaciones son corporales y, están flotando en un espacio vacío de nuestra presencia consciente, de la misma forma que un montón de marcas negras flotan en el blanco de esta hoja que estas leyendo. Y este espacio en el cual están flotando las sensaciones no es un espacio inerte, es un espacio consciente. Está lleno de consciencia y permeado por la luz del conocer, es decir, la luz de nuestro propio ser. 
Es este espacio consciente el que hace que la sensación pueda ser conocida, de la misma manera que es la luz del sol la que hace que un objeto sea visible. 
Todo lo que es conocido de la sensación es el conocimiento que tenemos de ella,es decir, el hecho mismo de conocerla, y este conocer pertenece a nuestro ser íntimo, no es un objeto.
En otras palabras, la presencia consciente es nuestro verdadero cuerpo. Date cuenta de que todas las sensaciones que consideramos nuestro cuerpo se hallan flotando en realidad en el espacio ilimitado y vacío que somos.
Cierra los ojos y acude, con la actitud de cuando eras niño, a la experiencia del cuerpo. Contempla sin más tu experiencia del cuerpo ahora y despójalo de superposiciones e interpretaciones, y la naturaleza de la experiencia se revelará a sí misma por sí misma.

¿Estás presente ahora?
Amor

Carles 

viernes, 2 de febrero de 2018

Tomar el Poder.

Seguro que hemos escuchado, “toma tu poder”. Seguro, pero, ¿qué entiendo por tomar el poder? Siento que en general se cree que es, hacer lo que a uno le viene en gana, esto sería una versión infantil poco madura.

La toma de poder es darnos cuenta de que sólo nosotros somos los responsable de nuestra propia vida. Esto sería algo que está implícito en el crecimiento orgánico como persona, pero se complica por el hecho de que en esta sociedad que hemos co-creado existen muy pocos referentes de adultos maduros que hayan tomado el poder. 
Hay que recordar que no aprendemos de lo que se nos dice, aprendemos de la coherencia que tomamos de la gente con quien nos relacionamos, y, en general, la gente está atorada en la edad psicológica de la adolescencia, lo cual hace que no podamos tener referentes de la toma de poder.

Cuando los referentes que tenemos son gente con el poder cedido, podría decir que es “cómodo” vivir con el poder crecido. Por una parte no somos responsables de lo que nos ocurre, son los padres, la familia, la pareja, los amigos, los políticos, el jefe, bla bla bla... Así una lista infinita de culpables de por qué me siento así. Y por otra arrebatamos el poder a los otros porque creemos saber qué es lo que tienen que hacer en la situación que están viviendo. Es curioso, de verdad cremos saber qué es lo que tiene que hacer el otro pero nosotros no sabemos qué hacer. Éste es un bucle interminable.

Cuando tomas el poder empiezas a poder darte cuenta que no eliges, que las cosas van ocurriendo según tu historia de vida más o menos digerida. En la situación de que la historia esté digerida, la elección será creativa, nueva. Si no está digerida será reactiva, repetitiva, pero justo esto es lo que necesito para poder darme cuenta que estoy indigesto y lo necesito para poder terminar el proceso de digestión.

El poder no es algo que se te pueda dar, es algo que hay que tomar, si alguien te da el poder, te ata a él para siempre.

En un principio puede ser algo aterrador, puesto que te quedas solo (nadie a quien que achacarle mi mal estar, nadie es responsable de cómo me encuentro). Pero yo tampoco soy responsable de cómo te encuentras tú. Desde este lugar podemos empezar a relacionarnos de verdad, por debajo de las historias de quién creemos que son los demás. Esto es la única libertad posible, se libre de mí mismo. Y el otro puede ser quien es sin tener que convencerme.

El poder de sentirme como me estoy sintiendo ahora, y poder permitírmelo sin tener que hacer más que recibirlo, entonces vuelvo a sentirme expandido como cuando era un bebé con la experiencia de haberme separado, es el proceso de madurar.


Amor
Carles




domingo, 28 de enero de 2018

La experiencia pura del sentir.

Cerremos los ojos para asegurarnos de que nos estamos refiriendo al sentir puro y no al pensamiento, imagen o recuerdo del cuerpo. Sin la referencia del pensamiento o del recuerdo, ¿cuál es la naturaleza del sentir? Si mantenemos los ojos cerrados, el único conocimiento que tenemos del cuerpo es la sensación física. De hecho, sin la referencia al pensamiento o el recuerdo ni tan siquiera tenemos ningún conocimiento del cuerpo como tal. Tan solo conocemos el sentir actual, es únicamente el pensamiento el que etiqueta este sentir como “cuerpo”.
Si apartamos el pensamiento no podemos tan siquiera conocer la experiencia del momento como un sentir, tan solo hay experiencia pura, sin nombre.

Te invito a que leas lo siguiente e intentes después tener la experiencia:
cierra los ojos y experimenta durante unos minutos el sentir al que te refieres como “mi cuerpo”, algo así como si fuera la primera experiencia que nunca hubieses tenido.
 Si tuvieras que hacer un dibujo de esta sensación que estás sintiendo, ¿qué aspecto tendría?, ¿sería sólida y densa?, ¿es esta sensación mujer o hombre?, ¿cuánto pesa?, ¿acaso no es el peso sólo un sentir, una sensación?, ¿tiene nacionalidad?, ¿esta sensación tiene treinta, cuarenta, sesenta años de edad?

¿Y tiene la sensación una etiqueta adjunta a ella? Si aparece el yo que el pensamiento añade al sentir, te separas. ¿Qué es lo que define esta sensación como mía? Tan solo un pensamiento. Pero, ¿quién le da la autoridad a ese pensamiento? ¡Evidentemente no la experiencia! La experiencia cuenta una historia muy distinta.

Continuemos. Lleva atención a la experiencia de este momento, es posible que tu cuerpo este sentado en una silla. El único conocimiento que tienes del presunto cuerpo sentado en una silla es la sensación sentida que nos produce. Ve a ese sentir. ¿ Acaso no sientes presentes tanto el cuerpo como la silla en esta sensación única? Si la consideras desde la silla, esta sensación no es tuya, pero si la consideras desde el cuerpo, sí es tuya. Siente, entonces ¿es tuya o no es tuya?
  No puede ser ambas cosas a la vez. No puede ser dos cosas, un cuerpo y una silla, porque lo que experimentas es tan solo un sensación sentida. Y si no puede ser tanto el cuerpo como la silla, tampoco puede ser cuerpo o silla porque uno solo tiene sentido en relación al otro. 

Observa, por medio de la experiencia directa, que no se trata de cuerpo ni de silla. De hecho no hay ningún cuerpo ni silla presentes ahí en la experiencia real de la sensación sentida. El cuerpo y la silla son conceptos abstractos que se superponen a la experiencia por medio del pensamiento. Antes de que tenga lugar esta superposición, ¿cuál es la experiencia pura?

Tan pronto como el pensamiento intenta ponerle nombre, volvemos a separarnos. El pensamiento sencillamente no puede ir al núcleo de la experiencia y conocerla como “algo”. 
La experiencia es tan íntima en si misma, no hay separación. Sencillamente, no podemos salir de ella, mirarla desde la distancia y verla o conocerla como “ un cuerpo”, “una silla”, una “cosa” o “un objeto”.

En realidad únicamente tiene lugar la experiencia pura, sin nombre e íntima, hecha tan solo de conocimiento o experimentación, es decir, hecha tan solo de quiénes somos, presencia. Toda experiencia es así. No tan solo la silla, sino tambien las montañas, el mar, las calles, las estrellas, la gente, las casas, el trafico... Todo.

Es el pensamiento el que divide la intimidad continua de la experiencia en dos partes, un yo y un no-yo: una parte que conoce o ve y otra parte que es conocida o vista.

Esta presunta división oculta la auténtica intimidad de toda experiencia (esto es, la absoluta falta de distancia, separación u otredad que es la condición natural de toda experiencia) y hace que parezca que la experiencia incluye un yo que conoce, siente o percibe y un mundo que es conocido, sentido o percibido.

  Solo existe la experiencia pura del sentir.

Volvamos al dibujo de la sensación pura que llamamos “el cuerpo”. No te remitas a ninguna idea, imagen o recuerdo sino tan solo a la sensacción que experimentes en este momento. El dibujo podría parecerse un poco a la Vía Láctea, un conjunto de puntos amorfos flotando en un espacio vacío. De hecho, esta sensación es sobretodo espacio vacío.

Permite que este espacio vacío de tu propia presencia se infiltre en el sentir, que penetre profundamente en los tejidos. Tómate tiempo para permitirte que empape incluso esa zona que puede ofrecer alguna resistencia, que parece aferrarse a su propia objetividad o densidad. 
Siente que este espacio vacío de tu propio ser no está tan solo presente y consciente, también es amor, intimidad pura. Ama todo lo que toca; ésta es la única manera en que puedes conocer algo, amándolo. De hecho, el espacio vacío y amoroso de nuestro propio ser convierte en sí mismo todo lo que toca.

  Permite que capa tras capa de resistencia y retención sea empapada por el amor. 
El cuerpo es una especie de almacén donde están guardados todos nuestros rechazos, fracasos, miedos, resentimientos y heridas. Indigestiones de vida que mucho despúes de que el pensamiento los haya olvidado quedan ahí. Son estas capas de indigestión en forma de tensión y contracción las que eclipsan la natural tranparencia y nos identifican con el cuerpo dando la impresión de que un yo interior, separado, habita ahí.


Amor

Carles